El sábado se casó en Pamplona el hijo de un compañero de trabajo de mi marido.
Como nosotros, y la mayoria de los invitados somos de un pueblo, pusieron a nuestra disposición un autocar de ida y dos de vuelta, uno a las tres y otro a las seis de la madrugada, ya que la boda se celebraba a la seis y media de la tarde.
La ceremonia se realizó en la iglesia de San Lorenzo, en la capilla de San Fermín y tengo que reconocer que me encantó y me pareció muy bonita (nunca la habia visto por dentro.)
Terminada la ceremonia teniamos que hacernos la foto con los novios y entonces empezó a caer el dilubio universal. Novia mojada, novia afortunada...., sé que este refrán no consuela a las novias que les llueve, pero... así es el dicho.
Pasados unos diez largos minutos donde nos refugiamos en un portal, emprendimos la marcha al restaurante, donde a las nueve de la noche, y en unos salones minivalistas empezó un aperitivo a la espera de que viniesen los novios de la sesión de fotos. Sobre las diez empezamos a cenar y despues de un sinfín de platos llegaron los cafés y con ellos el baile y la diversión.
Cada vez que asisto a una boda, me emociono y me alegra ver el principio de la maravillosa vida que les deseo a todos los novios.
Un beso.
De camino a pamplona en el autocar....
La iglesia de San Lorenzo, y la capilla de San Fermín...
Mi marido y yo....
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